Libro

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"El libro es una puerta abierta hacia donde tú quieras ir"

jueves, 11 de enero de 2024

CLUB DE LECTURA

 


El reciente nombramiento del Premio Cervantes 2023 a Luis Mateo Díez, nos ha motivado a leerlo, ya que en el club de lectura aún no lo habíamos leído y de toda su prolija obra, hemos elegido Las horas completas. Hoy nos hemos reunido para comentarlo. Estamos satisfechos de conocer algo de Luis Mateo Díez ya que es  el único autor en lengua castellana que ha obtenido en dos ocasiones el Premio Nacional de Narrativa y otras dos el Premio de la Crítica.

En Las horas completas, un grupo de canónigos sale a merendar a un pueblo cercano en una tarde otoñal.....y en esas horas, la mayoría del tiempo dentro de un coche destartalado de la época se va a desarrollar la obra. Lo curioso es un raro personaje que aparece, un atípico peregrino sin nombre y  le va a dar un giro a la tarde hasta llegar a un desenlace inesperado, en torno a las horas completas (descanso nocturno, en lo referente a la liturgia de las horas).

El libro no nos ha dejado indiferentes, cada cual ha visto distintas lecturas, desde un absurdo relato en el que no se resuelve nada, hasta una representación de los pecados capitales personificados en cada uno de los clérigos, o una historia llena de ingenio, humor y filosofía.

En lo que todos estamos de acuerdo es que es muy entretenido y que está expresado con un lenguaje preciso, pulcro y bello. Nos describe colores, sabores, olores.. con muchos simbolismos y referencias literarias, de leyendas... Se van intercalando al ritmo del viejo coche las ocurrencias del peregrino con las subidas y bajadas del camino, las curvas, los paisajes, con los recuerdos de cada uno, oraciones, pesadillas, músicas. Cada uno en su mundo y el entorno como un personaje más. Aunque parece que no se resuelve nada, el comienzo nos da una pista con el fatal desenlace.

Algunos ejemplos de las bellas descripciones o reflexiones filosóficas:

" Era un campo de trigo mecido en el viento. Brillaban las espigas como los dorados  de un retablo. El azul rampante comenzaba a diluirse entre morados y amarillos sobresaltados, como si un arcoíris de imprevistos brochazos fuese a rasgar el cielo..."
(pag 14)

"El mar de arbolados edificios se esparcía derramándose hacia las vegas desde el techo del barrio viejo, que coronaban los dardos blancos de la catedral. En sus estribaciones asomaba la frente  románica de la Colegiata, con su torre erguida y el gallo de latón en la punta de la espadaña. Una luz de oros viejos matizaba el hervor polvoriento de la atmósfera..."
(pag 18)


"Hay veces  que la maldad la lleva uno en el alma, pero son las menos. Casi siempre la maldad la incitan los otros, hostigando al que no sabe defender las cosas buenas que le quedan en el corazón..."
(pag 156)