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jueves, 10 de abril de 2025

CLUB DE LECTURA


Nos hemos reunido para comentar el clásico El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896 - 1957).

El gatopardo narra las vivencias de Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, y su familia, entre 1860 y 1910, en Sicilia, (El título se refiere al leopardo jaspeado o serval, que en italiano es gattopardo, y que aparece en el escudo de armas de la familia Salina).
Novela ambientada durante el desembarco de Garibaldi, clásico italiano del s. XIX. Relata el declive de la aristocracia siciliana en un momento de gran agitación histórica, durante la unificación de Italia. Envolvente, con un trasfondo histórico interesante visto a través de los ojos del Príncipe Fabricio Salina, el Gatopardo. 

 Pensamos que la novela refleja muy bien ese momento histórico, sobre todo como crónica social y el grupo aporta varios e interesantes opiniones y puntos de vista.
El autor utiliza una prosa densa y lírica, a veces un poco recargada como los palacios que tan bien describe. Con interesantes reflexiones filosóficas. Las descripciones son magníficas. Hace referencia a la decadencia, a la corrupción, a las falsas apariencias, al carácter de los sicilianos, con sarcasmo y sentido del humor.

" Los sicilianos  jamás querrán mejorar por la sencilla razón de que se creen perfectos, en ellos la vanidad es más fuerte que la miseria"
(pag222)
"Un hábito en el que Don Fabrizio había vuelto a refugiarse una vez recuperada la calma era el de las lecturas al anochecer. En otoño, después del Rosario, como estaba demasiado oscuro para salir, la familia se reunía junto a la chimenea hasta que llegaba la hora de la cena. El Príncipe les leía, por entregas, una novela moderna; aunque adoptaba una actitud grave, la benebolencia le rezumaba por todos los poros."
(pag 176)

"Cuando los cazadores llegaron a la cima, a través de los tamarindos y los escasos alcornoques surgió la verdadera imagen de Sicilia, comparados con la cual las ciudades barrocas y los naranjos no son más que detalles despreciable. La imagen de una aridez cuyas ondas se perdían en el infinito, encabalgadas unas sobre otras, desamparadas e irracionales, con perfiles que la mente era incapaz de atrapar, concebidas en una etapa delirante de la creación; un mar como petrificado en el instante  en que unn salto de viento hubiera enloquecido las olas. Donnafugata, agazapada, se escondía en un repliegue cualquiera del terreno...."
(pag 130)
 

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